La Huella Hídrica es un indicador que define el volumen total de agua utilizado para producir un bien o servicio, considerando el consumo de agua directo e indirecto en todo el proceso productivo, incluyendo sus diferentes etapas en la cadena de suministro.
El cacao tiene dos tipos de huella, la verde es el volumen de agua proveniente de precipitaciones o lluvias que se almacena en la superficie del suelo. En este caso, se utiliza 21 600 l/kg.
La huella azul es el volumen de agua consumida en un proceso productivo, puede ser de una fuente natural superficial o subterránea y en el cultivo del cacao se utiliza 2 400 l/kg. Cabe indicar que este cultivo utiliza al menos el 97% de agua de precipitación en su proceso vegetativo.
La importancia ambiental del cacao se basa en la sostenibilidad que genera la producción mediante sistemas agroforestales que impactan positivamente en el ambiente permitiendo la captura de carbono y la sostenibilidad de los ecosistemas, preservando los suelos, fuentes de agua y conservando la biodiversidad.
Según la Encuesta Nacional Agraria (ENA) 2017, el 72% de los productores de cacao conducen el cultivo bajo secano, es decir su abastecimiento de agua es obtenido mediante precipitaciones, 27.1% de los productores realiza riego por gravedad, es decir, su sistema de riego se basa en canales o surcos, 0.1% cuenta con un sistema de riego por aspersión y 0.8% restantes conducen el riego de otra forma.
La ANA resalta que el cuidado de nuestro recurso hídrico es una necesidad nacional, ya que sin el agua no habría alimentos, negocios, salud, ni el desarrollo del país. Por ello, la Autoridad Nacional del Agua resalta la necesidad del uso adecuado y responsable.
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