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La empresa GreenCap Solutions viene desarrollando una solución que captura CO₂ del aire exterior que luego se libera dentro de un invernadero cerrado, según los resultados ello permite el aumento del crecimiento de la planta. Esta nueva tecnología no genera ninguna emisión a los alrededores mientras se usa, y la solución es 100% neutra desde el punto de vista climático.

Jarle Skjæveland, de GreenCap Solutions, explica que el objetivo de este producto es que los invernaderos no dependan de combustibles fósiles y, al mismo tiempo, mejoren el rendimiento de sus cultivos. “Esta ambiciosa meta es la motivación principal detrás de este nuevo producto único, aunque sencillo: un sistema climático ambiental que proporciona a las plantas del interior del invernadero CO₂ del exterior. Además, permite la reutilización de agua condensada, lo cual reduce todavía más los costes de los productores”.

El equipo técnico de GreenCap Solution combina décadas de energía en la industria petrolera y gasera, que ahora se ha aplicado al sector del invernadero. En los últimos cuatro años, ha trabajado en la técnica de captura de carbono. El año pasado, empezó a trabajar con la primera empresa de invernaderos para aplicar la técnica: Lauvsnes Gartneri, un invernadero de tomates de Finnøy, Noruega. El segundo proyecto lo ha puesto en marcha este año con un productor de pepinos noruego.

Zeolitas: un método probado

Para capturar las moléculas de CO₂, la empresa utiliza zeolitas, un mineral poroso que puede absorber grandes cantidades de gas. Las zeolitas se forman de manera natural, pero también se pueden producir industrialmente. «El uso de zeolitas como absorbentes de carbono no es nada nuevo, ya se usaba en los 60 con aplicaciones industriales. Nuestro invento, efectivamente, utiliza la energía y almacena el CO₂ para su aplicación en el invernadero, en combinación con un control de clima dentro de este», explica Jarle.

En el interior del invernadero, el CO₂ es transportado mediante un flujo constante de aire. «Con el invernadero cerrado un día de sol, la temperatura podría subir demasiado. Por ese motivo, tenemos un sistema de circulación que cambia el aire cada 10 minutos. Unos conductos debajo de las plantas producen un flujo constante de aire a baja velocidad. De esta manera, la temperatura del interior puede ser de unos agradables 24 ºC incluso en un clima caluroso», prosigue Jarle.