La yuca puede beneficiarse del cambio atmosférico

Un equipo de la Universidad de Illinois y la Universidad de Monash estudió cómo la yuca, que alimenta a más de mil millones de personas en el mundo, se adaptará a la cantidad de dióxido de carbono esperada para la segunda mitad de este siglo.
yuca
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Cultivaron el tubérculo en una instalación de investigación al aire libre llamada SoyFACE que aumenta artificialmente el dióxido de carbono para comprender cómo los niveles crecientes afectarán los cultivos en las próximas décadas.

Debido al cambio atmosférico, los niveles de dióxido de carbono de la atmósfera están aumentando rápidamente, pero existe incertidumbre sobre si las plantas pueden convertir estos recursos adicionales en mayores rendimientos, mientras conservan la calidad nutricional.

Este estudio es el resultado de una asociación entre dos proyectos de investigación internacionales que cuentan con el apoyo de la Fundación Bill y Melinda Gates. Cassava Source-Sink se centra en mejorar el rendimiento de la yuca.

Lograr una mayor eficiencia fotosintética (RIPE) está mejorando la fotosíntesis para aumentar el rendimiento de los cultivos con el apoyo de la Fundación Gates, la Fundación para la Investigación Agrícola y Alimentaria y la Oficina de Relaciones Exteriores, Commonwealth y Desarrollo del Reino Unido.

Para absorber dióxido de carbono

Las plantas abren pequeños poros en sus hojas (llamados estomas) que permiten que el agua salga a través de la transpiración. Este estudio encontró que cuando los niveles de dióxido de carbono aumentan de 400 a 600 ppm, las hojas de yuca podrían conservar un 58 por ciento más de agua en promedio al optimizar la conductancia estomática, que es la velocidad a la que entra el carbono en comparación con el agua que sale de la hoja.

En el Journal of Experimental Botany , informaron aumentos significativos en el rendimiento que van del 22 al 39 por ciento en siete de las ocho variedades de yuca. Cada cultivo seleccionado para el estudio es ‘preferido por los agricultores’ en África, donde la yuca constituye una cuarta parte o más de las dietas en varios países. 

Contrariamente a estudios anteriores sobre otros cultivos, no encontraron disminución en la calidad de las proteínas ni en el contenido de nitrógeno en las hojas, que son consumidas por humanos y ganado además de los tubérculos almidonados.