Las tecnologías digitales para la alimentación, la agricultura, los bosques, la pesca continental y la acuicultura, pueden cambiar la forma en que producimos, comerciamos, y también generar sistemas alimentarios más productivos, sostenibles y resilientes”, explicó Anna Ricoy, Oficial del Riesgo y Desastres de la FAO para América Latina y el Caribe.
Poder amplificar el uso de drones, así como de otras tecnologías como satélites, encuestas digitales, y otras herramientas, para anticiparse a amenazas y responder ante desastres, fue el objetivo del webinar Nuevas tecnologías para anticipar y responder a desastres, organizado por la FAO.
En el encuentro se analizaron las oportunidades que ofrecen las tecnologías digitales, la diferencia que pueden hacer para anticipar y responder a desastres y qué es lo que podemos esperar a futuro.
El uso de tecnologías digitales tiene un gran potencial para reducir el riesgo de desastres.
A través del pronóstico, mapeo y modelamiento en tiempo casi real -de amenazas naturales, riesgos fito y zoosanitarios, riesgos socioeconómicos, entre otros-, y su vinculación a sistemas de alerta temprana, se pueden mitigar los daños y pérdidas en la agricultura y minimizar el impacto en la seguridad alimentaria y nutricional.
Para seguir avanzando en estos temas, los expertos del evento remarcaron que se va a necesitar de un entorno de regulación favorable, de emprendimientos y competencias en materia de tecnologías de la información y la comunicación, de capital, inversiones, así como de nuevas alianzas para asegurar un acceso más equitativo para pequeños agricultores, pequeñas y microempresas, y otros actores territoriales.
El propósito es que ellos mismos sean los impulsores de sistemas alimentarios y territorios rurales más productivos, sostenibles y resilentes, a través del uso de tecnologías digitales.
Se estima que, en los países en desarrollo, el sector agrícola absorbe en promedio un 26% de los daños y las pérdidas por desastres de mediana y alta intensidad, y un 80% en episodios de sequía.
América Latina y el Caribe cuenta con ecorregiones particularmente expuestas y vulnerables a eventos climáticos, como los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo del Caribe, el Corredor Seco Centroamericano, el Gran Chaco, y las regiones Alto Andinas, entre otras.
El evento, enmarcado en la serie Gestión del riesgo y resiliencia en la agricultura, contó con la participación de cerca de 1000 asistentes, y las exposiciones de Edgar Barroso, experto en innovación y director del Laboratorio de Emprendimiento y Transformación del Instituto Tecnológico de Monterrey; y de Jorge Gutiérrez, coordinador del proyecto CAEP II: Paquete de Mejora de la Acción Climática, de FAO en Colombia.(Fuente FAO)