antiheladas
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Debido al cambio climático que viene afectando a Europa, en Italia los agricultores han comenzado a equiparse con ventiladores antiheladas para proteger sus huertos frutales y campos de hortalizas contra las heladas a menudo destructivas.

Un ejemplo de ello son las recientes olas de frío que azotaron primero a España y, recientemente y en varias ocasiones, al centro y norte de Italia, con pérdidas de hasta el 60% de la cosecha. En los próximos años, no se puede descartar una tendencia hacia fenómenos climáticos extremos como heladas primaverales, que causan daños a las floraciones tempranas, y pocas precipitaciones.

Al respecto, Salvatore Torrisi, fundador de la empresa italiana A.I.D. (Agriculture Industrial Development), que opera desde hace más de 50 años en el campo de las tecnologías antiheladas en la agricultura. Desde 1070 han construido más de 6.000 ventiladores, instalados en Italia, California, Australia, Grecia, Israel, Turquía, Francia y España. Estos equipos protegen principalmente cítricos y, en los últimos años, también otros árboles frutales y viñedos.

Los ventiladores A.I.D. son máquinas polivalentes que garantizan la protección de los cultivos arbóreos con la función antiheladas y con el sistema de tratamientos foliares con plaguicidas y bioestimulantes, como por ejemplo el tratamiento para la protección contra el mal seco en los limoneros.

Las isotermas también muestran que el ventilador se vuelve más efectivo a unos 20 metros de la unidad de operación, con una protección que se extiende de 5 a 7 hectáreas. La función del ventilador es mezclar las capas más cálidas del aire, que se forman de 14 a 15 m sobre el suelo (llamadas capas de inversión), con el aire más frío que rodea los árboles. En general, la temperatura durante una helada nocturna es 4,5-5,0 °C más baja en las capas de aire que rodean las plantas que la de las capas a 15-18 m sobre el suelo.

“Podemos decir que la función del ventilador durante las heladas es aprovechar las capas de aire más calientes, que por convección forzada por el ventilador se mezclan con las más frías que rodean los árboles. Este movimiento del flujo de aire provoca un aumento de la temperatura de las hojas, frutos y flores, que se estima en aproximadamente un 50-60%», señala Torrisi.